En la búsqueda por compartir nuevas y emocionantes recomendaciones de lectura, te invitamos a explorar el milenario juego del Go junto a algunas de sus memorables apariciones en la literatura.

El Go es un juego de estrategia para dos personas, considerado como el más antiguo que se practica en la actualidad conservando sus formas originales. Los primeros registros del Go datan de hace 2.500 años, pero se cree que fue inventado en China hace más de 4.000 años. Junto con la caligrafía, la música y el dibujo, el Go fue considerado una de las cuatro artes que los miembros de la aristocracia debían dominar en la antigua China.

Es así como las primeras referencias escritas del Go aparecen en las Analectas de Confucio (551-479 a.C.), donde ha sido traducido erróneamente como ajedrez. Desde entonces, es posible encontrar el Go en diversos relatos. A continuación comentaremos algunos de ellos.

El Go es un juego de estrategia para dos personas, considerado como el más antiguo que se practica en la actualidad conservando sus formas originales.

Comenzamos con el imponente Libro de la almohada (Makura no Sōshi) de la dama Sei Shōnagon (966-1017 o 1025 d.C.), un curioso diario de vida donde se relatan las observaciones, experiencias y emociones asociadas a la vida de la autora en la corte. Sei Shōnagon usa algunas frases asociadas al Go de la época, para conversar en clave sobre las intrigas amorosas que van ocurriendo a su alrededor:

“En nuestra discusión sobre hombres y mujeres, Tadanobu y yo a menudo usamos la terminología del Go. Así, cuando queríamos implicar que dos personas sostenían una relación íntima, decíamos que aquellos habían rendido sus manos, o repletado los espacios. O, así mismo, empleábamos expresiones tales como él va a guardar su mano, o ha llegado el tiempo de dividir las piedras; para significar que tal y cual se han tornado demasiado familiarizados. De manera que podíamos entendernos mutuamente sin permitir que nadie más supiera lo que teníamos en mente”.

En su inusual humor, Natsume Sōseki (1867-1916) también hace referencia al Go en su célebre Soy un gato; allí toma como personaje a un gato sin nombre, que va descubriendo poco a poco el mundo y los objetos presentes en la casa de su amo, no exento de crítica ante lo que va observando:

“Como mi mundo se limitaba a la casa del maestro e inmediatos alrededores, aquella era la primera vez que veía un tablero de Go. Es un cachivache de lo más extraño, algo que ningún gato, por muy sensible que sea, podría siquiera llegar a imaginarse: se trataba de una tabla cuadrada, dividida en una miríada de cuadraditos más pequeños, en los que los jugadores colocaban piedritas blancas y negras a la buena de Dios, de tal manera que los ojos acababan por bizquearte al menor descuido”.

Se dice del Go que nunca se han jugado dos partidas iguales, ya que el número de partidas posibles es casi infinito. Es así como fue recién en el año 2015 cuando un programa informático, llamado AlphaGo, logró vencer a un jugador profesional. Por lo tanto el Go es considerado también un juego desafiante, que ha desconcertado a jugadoras y jugadores del mundo, e incluso a un célebre escritor: Jorge Luis Borges, que dijo en su poema El Go:

“Es más antiguo que la más antigua escritura
y el tablero es un mapa del universo.
Sus variaciones negras y blancas
agotarán el tiempo.
En él pueden perderse los hombres
como en el amor y en el día”.

Para cerrar, es imposible dejar fuera al escritor Yasunari Kawabata (1899-1972) y su libro El maestro de Go. Este libro relata un hecho real ficcionado: la partida de Go jugada por Honinbō Shūsai (jugador profesional), en la defensa de un título contra un joven aspirante. Nos dice Kawabata:

“No podría jactarme de saber mucho más de Go que Kumé pero, incluso así, me pareció que las quietas piedras, desde el costado del tablero, me hablaban como criaturas vivas. Su sonido sobre el tablero parecía hacer vasto eco a otro mundo”.

A continuación, te invitamos a leer y explorar más sobre el Go, a través de las reseñas de los libros ya comentados,

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